Villas Marineras

Cantabria cuenta con algo más de doscientos kilómetros de litoral, extensión que encierra una gran diversidad paisajística. En su perfil costero se alternan acantilados abruptos, pequeñas islas, estuarios profundos, espaciosas bahías y preciosas playas.

De los seis espacios naturales protegidos de la región, tres se hallan ligados directamente al litoral: el Parque Natural de Oyambre, El Parque Natural de las Dunas de Liencres y el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. 

La línea de costa cántabra presenta una interesante red de faros situados en atalayas y cabos. En sus inmediaciones se asientan animadas villas marineras en las que historia y turismo se funden en respetuosa armonía.

En este vasto espacio, coloreado por el reflejo de un cielo hermoso y cambiante, se desarrollan una amplia gama de actividades de recreo (pesca, buceo…) o deportivas (vela, remo, surf, windsurf, kitesurf…), que contribuyen a diversificar y enriquecer el entretenimiento vacacional en nuestra región.

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Playas Cerca de un centenar de playas de alto valor natural y paisajístico se suceden en el perfil costero de Cantabria. Pequeñas y recoletas calas comparten el ambiente marino con amplios arenales; en ambos casos, los entornos que las circundan son excepcionales: verdes praderías, suaves colinas o encrespadas montañas.

La mayoría son de fácil acceso con la salvedad de unas pocas lo que, por otra parte, ha propiciado su mejor conservación. Entre las pequeñas, destacan por su inigualable encanto: Berellín (Prellezo), encajada entre rocas y vegetación; Santa Justa (Ubiarco), con una preciosa ermita acostada entre los pliegues del cantil; Portio, La Arnía,

Somocuevas y Covachos, por sus escarpados acantilados, enclavados en la denominada “Costa Quebrada”. Entre las más extensas, la salvaje Langre, las familiares Comillas y Laredo, la espectacular Berria o los rocosos arenales de Noja e Isla aportan bellos enclaves de disfrute entre las aguas. Destaca la gran cantidad de playas aptas para la práctica del surf.

Somo y Loredo, en Ribamontán al Mar (primera reserva de surf de España); Valdearenas y Canallave, en Piélagos; Los Locos, en Suances; y Merón, en San Vicente de la Barquera, son algunos de los mejores ejemplos de un deporte en el que Cantabria es pionera en España.

Villas marineras

En el litoral de Cantabria se emplazan una serie de localidades que a lo largo de la historia tuvieron un papel relevante como puntos clave del comercio y la pesca y que, en épocas recientes, se han convertido en importantes focos turísticos.

Son las denominadas “Cuatro Villas de la Costa de la Mar”: Castro-Urdiales, Laredo, San Vicente de la Barquera y Santander, pertenecientes a la Hermandad que tuvo sus orígenes en torno al año 1200 y que perduró hasta mediados del siglo XVIII.

Las tres primeras conservan restos de murallas medievales y pueblas viejas coronadas por bellos templos, símbolos de un poderoso pasado de tradición marinera.

Aunque de menor relevancia histórica, existen también otras villas de encantador ambiente vinculado al mar como la aristocrática Comillas, Suances, o Santoña, puerto de referencia del Cantábrico en la pesca del “bocarte”

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